Despues de que viva

Un análisis subjetivo de la vida después de la vida y en medio de la conciencia.





Aquí estoy otra vez escribiendo acerca de mi tema favorito, la conciencia y lo que es esta mientras se vive y después de que se vive, aunque soy muy subjetivo, lo acepto porque es algo que nace de mi fe. Así que esto no es una ley ni algo que sea aceptado por algún dogma, secta o ciencia, solo son mis propios pensamientos que unidos a mis creencias, dejan salir un increíble mundo que me hace sentir feliz y libre de muchas cosas que sé que buscan volverme esclavo.

El libre albedrio es un tema donde muchos pensadores han roto sus cabezas tratando de encontrarle algún sentido basándose como siempre en cosas que solo se pueden explicar en este mundo que además de pequeño y sencillo, es muy limitado. 

Definir el libre albedrio es como definir a Dios, y la verdad es algo que no se puede hacer, así juntaran todas las neuronas de todos los seres humanos que han existido y existieran, por la sencilla razón de que el libre albedrio pertenece solo a Dios y que los seres humanos lo llevamos por alguna razón que solo el creador sabe.

Es por ello que solo en el estado de conciencia humano se puede vivir y disfrutar de la libre elección; como lo dije antes, la energía y el espíritu se divergen constantemente porque están en un proceso de separación en la que los seres humanos somos también parte de ello, la única diferencia es que somos seres conscientes de lo que sucede tanto dentro como fuera de nosotros, o sea nivel físico como espiritual. A partir de allí es posible vivir en libre albedrio, ya que podemos separarnos de estos procesos y ser libres para decidir que corriente seguir.

La constante explosión energía - espíritu que sucede a cada instante alrededor nuestro, hace que la conciencia experimente la sensación de necesidad y al mismo tiempo dependencia de todo ello, sin embargo, la conciencia es lo único que no está ligado a la energía ni al espíritu, es totalmente independiente y se puede mover entre ambas sustancias y experimentar las sensaciones que estas producen sobre el ser.

La conciencia es como un gran sentido que poseemos los seres humanos y por su causa podemos sentir emociones y sensaciones de todo tipo de acuerdo al roce que se tenga con la energía o el espíritu.

Esta capacidad tan independiente nos permite movernos hacia el mundo espiritual o hacia la energía de este mundo, a esto se le llama capacidad de decisión, pero también es capaz de permanecer en medio de un limbo y ver como todo pasa por entre sus ojos, en este estado la conciencia ya no es libre ni puede tomar decisiones, ya que está sobre una situación neutra, solo impulsores espirituales y energéticos pueden activar la capacidad de decisión de la conciencia y esta, elegir alguno de estos extremos.

Después de que viva, La conciencia experimentara la fuerza de la energía o el espíritu y quedara sumergido en una de estas dos sustancias, cuando la conciencia solo pueda moverse por una sola de estas sustancias lo único que podrá decidir dependerá de la naturaleza donde esté ubicada o también puede quedar atrapada en un limbo y depender de la fuerza espiritual o energética que por alguna razón le impulse hacia algún extremo.





Hola a cualquiera que pueda leer esto, lo que escribo aquí nace de mi fe y quizás de nada más y es que de un momento a otro siento una ansiedad de escribir, como un fuerte impulso debido a que un día antes estoy lleno de un montón de cosas en mi cabeza que necesito desahogarlas en algún lado y que mejor lado que en mi blog, por aquí sé que no pasa casi nadie, es como un desierto o una isla perdida en medio del pacifico, así que no hay mucho riesgo de que lo que escriba, pueda hacer efecto en alguien. 

Hoy quiero escribir sobre la energía pura de este mundo que se mantiene en constante caos tratando de estabilizarse  a un estado de inercia mientras se va separando de la sustancia espiritual que es totalmente inversa a la energía. Durante este proceso se crean las estrellas, las galaxias o los agujeros oscuros junto con todo lo que está implícito en estas como por ejemplo la vida.

Todo lo que  desde nuestra conciencia vemos y nos darnos cuenta, es exactamente un caos desde lo más pequeño hasta lo más inmenso en este mundo que se expande de maravillosas formas, dibujando radiantes paisajes y complejas estructuras casi indescifrables como lo es por ejemplo nuestro cerebro y cada uno de sus casi indeterminados procesos. 

La esencia de la sustancia espiritual es lo eternamente perfecto que para nuestros ojos externos sería algo imposible de comprender ya que no tienen la capacidad de observar estructuras de ese tipo, la energía en cambio si la podemos observar desde las más minúsculas vibraciones hasta las más grandes y poderosas turbulencias; esto debido a que nuestros sentidos están estrechamente ligados a la energía.

Lo que si podemos observar de la sustancia espiritual es la hermosura y casi perfección de las cosas que se forman en cada estructura que si no fuera por la energía serian perfectas, la vida misma de este mundo es parte de esa casi perfección que gracias a la sustancia espiritual se hace estructuradamente compleja para darle sentido a una casi serie de patrones que se entrelazan para ser coherentes entre ellas mismas.

La energía está constantemente eliminando sustancia espiritual en busca de su estado natural de inercia y es por ello que vemos como las cosas van cambiando, por ejemplo la vida nace, crece, se reproduce y muere, y realmente lo que sucedió al final fue una liberación de sustancia espiritual y cambio energético, la primera será atraída hacia el universo de naturaleza espiritual y allí permanecerá en constante actividad de crecimiento y pureza, mientras la energía se unirá a nuevas fuerzas caóticas que están en la búsqueda del estado de inercia. Eso pasa constantemente alrededor de nuestra conciencia y solo podremos darnos cuenta de ello después de que viva.





El tiempo y el espacio es uno de los tantos espejismos que existen en este mundo, es algo que parece existir pero que en realidad es el efecto del constante cambio de la energía. Nuestra conciencia sabe del tiempo y el espacio porque está ligada a este mundo por medio del cuerpo, percibe como todo cambia a distintas vibraciones a nuestro alrededor y en nosotros mismos y ve como todo este rítmico suceso se convierte en tiempo.

Nuestro cerebro sabe realmente lo que está sucediendo pero lo oculta a nuestra conciencia para mantenernos en medio del caos que sucede en todo el universo. Si no fuese así, nuestros ojos solo verían miríadas de luces moviéndose hacia todos lados en medio de una profunda oscuridad y no seriamos capaces de movernos fácilmente a nuestro libre albedrio.

Todo cuerpo vivo posee naturaleza espiritual, la cual se va separando de la energía mediante el proceso de la vida para unirse al gran espíritu que lo origino. Por ello los seres humanos percibimos el tiempo, pero no vemos de forma real lo que realmente está sucediendo mientras pasa la vida.

La vida se puede comparar como un pedazo de madera que arde, si vez bien durante este proceso se libera energía que se representa en luz y calor, pero también vemos el humo, que sería equivalente a nuestro espíritu.

Cuando seamos parte de del espíritu que nos creó, nos olvidaremos del tiempo y del espacio, siempre y cuando después de que viva no perdamos nuestro espíritu, porque en este caso el vestido de la conciencia quedara en medio de este caos en el que existe el universo y percibirá de forma intensa la sensación del tempo y el espacio, el cual serás capaz de contar con alta precisión durante el tiempo que perdure la conciencia, lo cual será, hasta cuando el último vestigio del espíritu del creador abandone este mundo.





La conciencia es una sustancia que no existe dentro de la física, ya que no está compuesta por ninguna molécula, partícula o vibración energética o cuántica que exista, es la sustancia por lo que realmente existe todo lo que podamos conocer en este universo y en otros. La conciencia no tiene forma, ni límites, no maneja peso, ni se mueve a ninguna velocidad, no nace ni muere, no crece ni se multiplica, es pura y a pesar de que sentimos una individualización de la conciencia, tan solo está separada por la naturaleza de este mundo en el plano tridimensional, pero que realmente es una en los planos interdimensionales.

Cuando miro a un espejo, puedo ver mi cuerpo y lo que está alrededor de mí, todo esto gracias a la conciencia que tengo y quizás se puede decir que gracias a la luz que entra por los ojos para poder ver lo que está en el espejo. Pues sí, para ver lo que ven los ojos es necesario la luz, pero para ver lo que ve la conciencia no es necesario nada más que la fe.

La fe es lo único que hace que todo lo que sentimos en este mundo físico exista a pesar de que es un inmenso espejismo altamente elaborado por nuestro cerebro para que podamos existir durante el periodo de vida humana.

Cuando miro a un espejo, lo que realmente veo y siento es aquello que pertenece a mi espíritu siempre y cuando esté consciente de ello, lo demás no existe, solo son un montón de partículas entrecruzadas que flotan alrededor de mi conciencia. Si realmente viéramos como es realmente todo en este mundo, estarías tan confundido que no serias capaz de moverte por tu propia cuenta. Necesitaras de otro ser consciente que tenga la suficiente luz para moverte.

Es por ello que permanecemos en nuestro cuerpo hasta que este deja de existir, luego entramos en una profunda oscuridad y que gracias a la fe y el amor de nuestro creador podemos avanzar hacia la luz y nos podremos unir a la conciencia universal.

La fe es entonces nuestra principal luz mientras existamos en la vida, fe que debemos llevar muy claramente en nuestra conciencia hasta el plano espiritual, porque si no, es imposible ver y sentir el amor de Dios después de que viva.






Los enlaces que nos unen a la vida tienen dos entradas y estas se unen con nuestra conciencia, una parte del mundo de materia y energía que conocemos y otro parte desde la sustancia espiritual que predomina en lo más profundo de las cosas.

El enlace natural que une la vida humana con el medio que nos rodea provoca una compatibilidad negociada para que sea posible la existencia, millones por miríadas de moléculas generan enlaces que tienen como fin mantener cómodos a los seres vivos en este planeta, por eso los alimentos, el aire, el agua, el calor, los minerales etc. la inteligencia que está detrás de este negocio natural es de naturaleza espiritual, una inmensa conciencia que rebasa los límites de nuestra poca capacidad de entendimiento generada por esta misma naturaleza para evitar que nos salgamos de los limites naturales.

También existe un enlace espiritual que une la conciencia humana con el medio para poder coexistir de manera ilimitada con la inteligencia espiritual para que se forme el entendimiento, el pensamiento, las ideas e imaginación. La unión de estos dos enlaces es lo que nos define como seres humanos.

Nuestro enlace natural con la vida humana es limitado debido a que la energía y la materia solo es consecuencia de la depuración del espíritu que tiene como rumbo enlazarse a su origen. Durante este proceso podemos ver como nacen y mueren células tanto en nosotros como en el medio y también vemos cómo se va envejeciendo todo lo que tiene vida.

Cuando la depuración está terminada, llega la muerte natural del cuerpo, sin embargo esto no significa que la muerte no natural detuvo la depuración del espíritu, no, cuando el cuerpo muere libera al espíritu y este avanza atraído por la naturaleza espiritual de igual forma que lo hace el espíritu de un ser vivo que muere naturalmente, la única diferencia es que el enlace natural humano se detiene de diferente forma.

Todo lo que aprende nuestra conciencia acerca del mundo es solo para vivirlo aquí, nada de esto será necesario para nuestro próximo nacimiento, ya que seremos como niños aprendiendo a vivir de nuevo. Nuestra conciencia solo mantiene todo lo que pertenezca a su naturaleza, como el amor, la alegría, la percepción espiritual adquirida por los sentidos y otras sustancias que no son de fácil descripción, esto será lo necesario para resistir la inmensa capacidad espiritual a la cual nos uniremos.

Sin embargo si la conciencia no tiene la capacidad de resistir aquella inmensa fuerza espiritual, rebotara contra ella y caerá sin espíritu atraído por la fuerza de la materia y energía oscura que predomina en este universo y simplemente se convertirá en un ente con conciencia pero sin espíritu que permanecerá eternamente en medio de aquel fluido.

Es por ello que el principal alimento de la conciencia en esta vida es la espiritualidad basada en el amor con el fin de capacitar los sentidos de sensaciones como la alegría, la ternura, la compasión, la hermandad etc. Esto nos hará muy fuertes y aptos para después de que viva.