Despues de que viva

Un análisis subjetivo de la vida después de la vida y en medio de la conciencia.





Un instante es el valor absoluto de nuestra vida, ¿cuánto puede durar ese instante? Es la pregunta que nuestra conciencia se hace y nuestro inconciencia se olvida de responder. Si analizamos realmente lo que es un instante, podemos percibir desde lo que soy y tengo en lo más profundo de mí ser hasta lo más inmenso o lejano que me rodea, en ese momento la conciencia se mantiene viva y la sensación de plenitud se revela en su verdadero estado natural. 

Cuando estamos vivos en medio de ese instante, el tiempo parece que deja de existir,  todo parece más lento e inmenso a nuestros sentidos. Podemos tener la capacidad de detallar el más mínimo sonido, el más resplandeciente brillo, la suave respiración de nuestro cuerpo o el latido del corazón, pero aún más, podemos ver y sentir lo que somos y sentimos en lo más profundo de lo que soy.

El instante es entonces una cantidad de tiempo que tiende hacia el infinito, por eso es que cada instante es tan valioso si se vive en estado consciente, pero para estar conscientes hay que estar despiertos a la vida. Nuestra naturaleza humana nos limita mucho a estar despiertos inclusive con los ojos abiertos, nuestro cuerpo nos exige mucha cantidad de energía que “permitimos” que nuestra parte inconsciente nos controle o descontrole convirtiéndonos en ansiosos o deprimidos, temerosos, intolerantes y muchas otras emociones y actitudes que habituamos a nuestros instantes, sin embargo muchas de estas acciones las podemos hacer conscientemente y dominar para hacer más provechosa nuestra existencia y no convertimos en muertos vivientes.



¿y qué será de mi cuando llegue mi último instante?, Si tenemos claro que es un instante, podemos también tener claro que el tiempo tiende hacia el infinito y nuestra conciencia o inconciencia se mantendrá paralelamente hacia esa tendencia, es por ello que es importante aprender a mantenernos conscientes y disfrutar de la vida plenamente como se debe, ya que no podemos saber cuándo será nuestro último instante. 

El instante es solo un pequeño sorbo de lo que es la eternidad, en su hermosura o por el contrario en su fealdad, cuando reímos y compartimos alegremente con los demás estamos siendo conscientes, pero cuando agredimos y nos aparatamos de los nuestros estamos dejando prosperar la inconciencia. Cuando nuestra inconciencia se fortifica en nuestro ser, tendemos a ser personas muy negativas tanto para nosotros mismos como para los demás, al llegar ese último instante en una persona con estas tendencias, se sumergirá en la máxima oscuridad de su inconciencia donde permanecerá eternamente, esto es equivalente a estar inerte, muerto, sin sentido, por el contrario si la tendencia de una persona es estar consiente, en su último instante tendrá la capacidad de mantener el sentido de vida y podrá trascender infinitamente hacia la más intensa luz.

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