Cuando me siento a pensar un poco
acerca de donde estoy parado y de que estoy rodeado, entra en mi ese lugar
inmenso, eterno y tan desconocido para mi imaginación, más que un lugar
esperanzador para la vida después de la vida, siento muy profundamente su
existencia cerca de mí. El solo hecho de sentir la luz del sol rosando mis
ojos, o el resplandor de este sobre las hojas resplandecientes de los árboles,
me excita a vibrar toda esa energía en mi ser y al cerrar mis ojos me encuentro
en medio de una inmensa oscuridad, como si estuviese escondido o encarcelado
dentro de mi propio cuerpo. Me doy cuenta de que yo no soy ni mis manos ni mis
pies, ni mucho menos mi rostro, mis ojos o mi ombligo. Soy alguien tan
diferente del que se ve en el espejo.
Me ubico exactamente en algún lugar
de mi cuerpo, sospecho que en algún lado de mi cerebro, pero realmente no
sé, sé que allí vivo cada sensación que
me produce este mundo, como el placer que me produce ver el brillo del sol sobre las
cosas, en su brillo siento un poco del calor del lugar hacia donde sé que iré después
de que viva en este mundo. También siento la oscuridad y su inmenso resplandor
oscuro que me llena de temor, es como un inmenso remolino que quisiera tragarme
pero que tampoco puede hacerlo, normalmente siempre le doy la espalda a esa sensación
oscura que sé, está esperando el momento de mi partida para engullirme en caso
de que no pueda volar con la luz blanca.
La luz blanca es como una energía
que está rodeándome constantemente y si por mi voluntad fuese, me uniría a su
brillo, pero por razones que desconozco, solo puedo observarla desde este
cuerpo por medio de mis ojos. Ni las manos que poseo pueden sentir su vibración
constante y juguetona.
En las noches cuando miro las
estrellas, siento el placer que me produce la luz de su brillo, un placer
esperanzador, mi real ser sabe que son el reflejo de aquel lugar a donde iré
cuando sea libre de este pequeño lugar, de este hermoso cuerpo que no descansa
para mantenerme con vida en este mundo y que agradezco tanto.
Sin embargo por las ventanitas de
mi cuerpo llamado ojos, puedo ver también la luz oscura que proviene de todas
partes, inclusive casi todo es oscuridad, si no fuese por el reflejo de aquel
lugar eterno. La luz oscura es propia de este universo y solo existe aquí, en ningún
lugar más. Fue creada para engullirse en sí misma y apartar toda forma oscura
de la luz blanca. Al final de este universo solo habrá oscuridad que se absorberá
en si misma constantemente.
La luz oscura es aterradora, no
cabe en la imaginación de un ser humano saber cuan tan oscuro puede ser estar
dentro de su luz, un lugar que constantemente quiere desprender cualquier
residuo de luz que exista en el ser. Terminar allí, es como estar a la espalda
de la luz blanca y eternamente lejos de su reflejo. La sensación de terror que
produce el tan solo sentirla en medio de mí, me hace temer que tan doloroso
puede sentirse estar en medio de su luz.
Nuestro origen es la luz blanca,
le pertenecemos y por razones que desconozco, no sé porque estamos apartados un
poco de ella, estar en medio de la luz blanca es lo que realmente anhela nuestro
ser constantemente, en mi caso, siento que allí está mi hogar, mi vida y que en
mi me hace falta algo, si, toda esa eterna luz. Pero algo me dice que pronto
esteré allí. Desde que mi cuerpo era muy pequeño he presentido que allí en
medio de la luz blanca estaré.
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