Estamos rodeado de espejismos y
realidades que pasan frente a nuestros ojos a cada instante y que lo más
probable es que no nos damos cuenta de ello. ¿Por qué pasa esto?, tal vez
porque no nos detenemos a observar de la mejor manera nuestro medio, por
ejemplo si observas una hoja, veras dos cosas: su parte física (color, forma,
tamaño) pero si estás bien consciente, también podrás darte cuenta de la
majestuosidad y belleza que la componen y la vida que respira en cada uno de
sus pequeños filamentos, igual pasa con todo, con las personas que nos rodea,
con nuestro cuerpo y con la naturaleza en sí. Podemos ver la realidad con los
ojos del cuerpo si y solo si lo hacemos al mismo tiempo con los ojos del espíritu.
Hay algo además de tener en
cuenta, cuando vemos con el espíritu, analizamos con el corazón y no con la
cabeza. Es por ello que cuando vemos con nuestra parte interior, experimentamos
miles de sensaciones que van más allá de nuestra comprensión.
La realidad es entonces una
mezcla de la visión física con la visión espiritual, si no, solo será un
espejismo constante frente a nosotros. Es quizás por ello que muchos de
nuestros científicos son cegatones, solo ven lo que quieren ver con los ojos
del cuerpo y quizás vean mucho a través de telescopios o microscopio, pero que
en realidad es poco comparado con la inmensidad de conocimiento que hay si se
pudiese observar completamente.
La principal sustancia que
compone todo el universo es de anatomía espiritual, lo físico, base de la
ciencia y por ende del conocimiento humano, es un simple polvo en medio del
universo, pero es complicado tratar de volar sin alas si no sabes que lo puedes
hacer con el espíritu.
Si en vez de la ciencia imperara
la espiritualidad, quizás el mundo no estaría patas arriba y sumergido en tanta
oscuridad, el conocimiento del porqué de las cosas seria parte de nuestra respiración
y quizás lo más importante sería hacer el bien sin mirar a quien. Aunque más de
uno podrá decir cosas como estas después de mi afirmación: “si así fuese, aun creeríamos que el universo
gira alrededor de la tierra o que la tierra es plana” y quizás habrían muchos
que estuviesen interesados en esa búsqueda. Pero de que importa si la tierra es
redonda o el universo curvo, nuestra vida no lo es.
La vida ni si quiera es la mínima
parte de lo que percibimos con nuestros sentidos, los sentidos son una
herramienta de comunicación con lo externo mientras estamos en este espacio-
tiempo, nuestros verdaderos sentidos están muy dentro de nuestro ser, desde allí
se percibe el verdadero entorno que nos rodea, la verdad, la luz, la razón de
nuestra existencia. El saber que existen hoyos negros solo asombra nuestros
sentidos, pero cuando percibimos amor, sentimos como crece nuestro ser.
Realmente nuestra vida es muy
corta y es una realidad ver como muchos la perdemos por estar en búsqueda de banalidades, cuando tenemos grandes
riquezas como nuestros seres queridos a quien amar, el medio ambiente, nuestro
gran creador e inclusive el propio ser interior.
Es importante comenzar abrir los
ojos del alma, veras más de lo que estás acostumbrado a ver. Este inmenso
placer que es solo el abrebocas de lo que nos espera después de que viva.
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